El deseo se curva sobre el dolor, mientras el exceso de energía nunca tiene límites previsibles. Porque así, el camino de Swann y el camino de Guermantes no son, y lo sabremos al final, sino uno solo, donde ella nos toma de la mano y nos arrastra a las minas del rey Salomón. En Lisboa, los poetas se suicidan con vino verde en hospitales públicos.
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