El momento en que la mano se deposita en el cuello, y entonces ella inclina la cabeza en un gesto de rendición que tiene bien estudiado. Lo reconozco, me recuerda a aquel que hacen las ositas cuando comen el azúcar, según afirmó el Novelista. Pero, lo confieso, es sólo lo que queda del pasado.
C2
2 comentarios:
Encantador!
Reciba mis saludos azules...
Las ositas cuando comen el azúcar...
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