Sobre todo gracias a las personas y a los tiempos vividos con ellas. Tomemos la espuma de la ola en nuestras manos y así, en la memoria, castillos de arena que hace muchos años construíamos en las playas de nuestra eterna infancia, sólo recordarlos como el brillo de las calles en el corazón de la ciudad.
C2
No hay comentarios:
Publicar un comentario