Un año más tarde creemos encontrar la respuesta. En realidad era fácil, pero era la respuesta para otra persona, no para mí. La que precisamente no era la respuesta, esa es la que elegí. Pero es que esa respuesta, la que no era, era precisamente la mía. Y ahora, por un instante, sonrío pensando en aquel hombre del que hablaba Kafka bailando sobre las ruinas. C2
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