(para lv_m)
Así nos despedimos de la vida, como de un bosque que arde. Pessoa giró el cuerpo, en la cama del hospital, y miró la pared: así murió. Un largo incendio es nuestra vida, donde las lágrimas jamás pueden apagar nuestra diaria quema de pérdidas y olvidos. Digamos adiós al mañana, y, como los soldados de Kavafis, saludemos, saludemos, con honor y valor, a la Alejandría que así perdemos para siempre.
C2
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