Quizá una grieta que nos conduzca al puerto templario, o el recuerdo de la Peña del Cuco, donde para siempre permanecen los imágenes de las higueras salvajes y el pozo y el péndulo del origen de mi mundo. Y donde todos los sitios y los seres queridos que ya se fueron tienen nuestra misma cara y nuestro mismo destino. Sólo un momento de espera, y preparo ya la moneda de Avalon que está en tus manos, blancas.
C2
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