Los guerreros en la estepa beben la sangre de su caballos, y dime, dime, pequeña ¿dónde tienes el azul inmenso del bosque y las espigas de los sueños muertos? ¿No te desviarás del camino buscando las posadas oscuras, donde viven los Minotauros castrados? Algún día recuerda mi nombre y vuelve a visitar los espejos del silencio y las manos convertidas en anclas de las sábanas sucias.
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