Y así nos reencontramos en la noche, solos, pero con la felicidad de aceptar el destino, de querer que ese sea el nuestro, de estrecharlo contra nosotros, de avanzar en la oscuridad con los gritos guerreros de aquellos sueños de la infancia de valor y muerte en la gloria.
C2
2 comentarios:
Me ha gustado mucho esta redacción, me parece muy íntima.
Besitos muy dulces Cónsul.
(Por cierto podría quitar las letritas que es un rollazo.;))
Je, je, las letritas...
Eres tan íntima tú, mag...
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