Porque allí, en el ejército de caballeros armados que cruzan el puente del infierno, no hay destino: sólo el mensaje que un ciego recoge de las manos de una emperatriz muerta. Y que yo repito, repito, para ti en las habitaciones que dan al mar del puerto de Lisboa. ¿Recuerdas las marcas que dejaste en el suelo?
C2
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