En las altas horas de la noche, sin ruidos en la calle, detenida la vida común, la cámara nos trae imágenes del otro lado del espejo. Y así, en la noche eterna, nosotros comprendemos y asumimos nuestra naturaleza, y saludamos, saludamos, a la luz de los faros del mundo, a su condena y a la renuncia final.
C2
2 comentarios:
lágrmas, intensidad, sintiendome tan y tan Suya...
Magistral!
Un placer leerlo, siempre...
Mis saludos azules desde mis olas...
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