Los sueños nos dicen al oído la lista de traiciones. Pero nosotros, habitantes en las esquinas dobladas de aquellos mapas de los que hablara Borges, permanecemos quietos, imperturbables o así, en la alta borda del Pequod. ¿Me puedes decir, ahora, años después, de qué color son tus sueños, princesa?
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