Pequeños hormigueros que destruimos y luego, tristes, intentamos vanamente reconstruir con cristales verdes de botellas rotas. Y así, en la mañana de los días, te entrego al olvido. Tu tren de cercanías nada que tiene que ver con mi mirada, desde el andén de la diminuta estación, junto a las hortensias, y esa bombilla que sólo puede, escasamente, iluminar sombras. Dame noticias cuando te dejen en la línea muerta o cuando llegues a la gran estación donde te subastarán las ilusiones. Y recuerda, te lo digo con cariño, suicidarte en el puerto de Lisboa.
C2
5 comentarios:
Espero que lo se suicide sea el sueño.
Un cordial saludo Señor.
"Yo te dije que eras mi sueño, no mi realidad".
wooooooow!
Si llego a escuchar eso, no sé que me da... :/
Buen finde!
magnolia: En muchos de mis textos hago una referencia a un suicidio en Lisboa, es una metáfora sobre un posible personaje de Pessoa. Normalmente, suelo hacer referencias ocultas.
Sweet: A muchos amores se les podría decir esa frase. Por eso suelen acabar como acaban.
C2
Muy hermoso Cónsul, en el fondo no se puede desear nada mejor a un amor verdadero que se suicide en Lisboa. Tomo nota.
demonella: la intensidad absoluta y cruel es el mejor destino, la piedra de toque alquímica diría yo, para un amor intenso, cruel y absoluto.
C2
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