Ella no sabe desde cuándo empezó a estar esa pequeña puerta, al fondo de su habitación. Alguna vez cree que llegó a entrar ahí. Era como un ropero, con un armario lleno de cajones de diferentes medidas y colores. Y en una de las paredes, algo parecido a un espejo, como si ella lo viera desde atrás. Ella tenía miedo de saber lo que había en aquellos misteriosos cajones. Abrió uno, tomó un collar y salió corriendo con él en la mano. Y ahora piensa: "Mi habitación sería diferente si ese collar estuviera en su sitio, en el joyero". Lágrimas en la habitación vacía. Y aquella puerta cerrada a veces todavía la ve, prohibida, imposible.
C2
1 comentario:
Me encantó! Un placer leerlo!
Desde mis horizontes azules, que lo esperan, mis saludos color esperanza...
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