El cuerpo se presenta a sí mismo ante la cámara, se ofrece en el altar de cristal tallado, pero, aquí, él mismo es el diamante que se entrega para ser cortado, transformado, en la conversión que hace la mirada de lo distante en deseo, del olvido en presencia que formará la materia de nuestros sueños.
C2
2 comentarios:
Verdadera entrega.
Paz y amor.
Fuerte abrazo.
Todo exquisito!
Saludos azules, aunque no tengan recepción...
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