Observamos cerca de la puerta de Tannhäuser las lágrimas de tus ojos, tan cerca de lo oscuro. Hemos visto en la noche cuerpos sometidos a las órdenes de los caballeros de Arturo. Sentimos el silencio de la última nave, más allá del Faro del Fin del Mundo, del capitán Nemo. Así, en la Alejandría que nunca conocerás, ella te trae un animal para el sacrificio. Y Sócrates y su altar ya no están más que en tu imaginación.
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