Leeremos los Discursos del tribuno, pero él, luego, nos hablará de comer ostras en los puertos de Levante. Y entonces será justo torturar a las esclavas hasta que confiesen, cuando el dolor les haga morderse la lengua. Pero, atención, también esto es un sueño y el zoo tiene las jaulas vacías en una ciudad donde las fieras asisten a recepciones reales, y tú cenas pieles de serpiente sobre los espejo del olvido.
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