lunes, 18 de julio de 2011

"Aquí nos llegan cartas inquietantes de Roma: se nos permite lamentarnos" (Walther von der Vogelweide). (P.Z)

El inconsciente nos espera como un ladrón en el bosque. Lleva, entre sus mejores armas, recuerdos, personas desaparecidas, gestos que olvidamos, deseos que no cumplimos, olvidos que no lo son...Pero entonces vuelves tú con el libro de Eliot y la canción del sol naciente. Dime, háblame de como existes ahora para alguien que no soy yo. Ya sabes que todos los cementerios parecen tranquilos. Las almas son como ovejas pálidas que quieren volar y se arrojan por los acantilados, aquellos de los hablaron Jünger y Freud. No está el mármol de tu cuerpo.

C2

2 comentarios:

Rocío dijo...

Sí... lo involuntario a veces nos devora.. vuelve a nosotros como la resaca de las olas, a veces nos coge bien parados, a veces nos revuelca con su fuerza... no sabemos cuánta agua va de regreso...
Un placer pasar.
Buen inicio de semana ;)

elrenglontorcido dijo...

las cenizas de los sueños que no fueron, de las pasiones volcanicas ya extintas,cubren los paisaje del alma con su palida y triste lluvia.