domingo, 23 de marzo de 2014

Al otro lado de un espejo hay otro espejo. No hay ventana guardada sin otra ventana.

Todas las ciudades son Alejandría, todas las ventanas son la misma ventana, y las calles son idénticas como sabía el Poeta que se aproximó a la ventana y escuchó con emoción, cómo último placer, los instrumentos del cortejo misterioso que recorría las calles de esa ciudad que es siempre la misma. Y así, tras el viaje, abundante en saber y en vida, disfruta del placer y el reencuentro con una Itaca nueva pero que ha sido siempre parte de tus sueños. Y saluda a los dioses que así te premian.

C2


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