lunes, 31 de octubre de 2011

El rojo está en la otra orilla del mar, o cuando Moisés obedece las últimas órdenes.

Las manos se apoyan en la pared o se extienden o se cruzan, quizá porque hablamos con ellas sin saberlo, y son el símbolo de lo que nunca diremos. Fondo rojo en una casa roja para que ellas, las manos, hablen.

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domingo, 30 de octubre de 2011

El dedo señala la inclinación geométrica del bretel, o los tempranos sueños de las praderas del oeste. (P.Z)

El dolor también tiene su geometría. Las figuras vistas en el espacio o en el plano. La geometría se propone ir más allá de lo alcanzado por la intuición (cuando se axiomatiza algo, los objetos se convierten en entes abstractos ideales y sus relaciones se denominan modelos, dixit). Y, así, vimos ayer cómo en tu noche nacía la Estrella del Sur.

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sábado, 29 de octubre de 2011

Cuerpos y almas con escalera de incendios, o las ventanas encendidas y las puertas clausuradas.

Tanteamos en el callejón de película negra norteamericana el frío sucio de la escalera de incendios. Quizá fuera mejor golpear con el bastón para escuchar el ruido del metal.

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miércoles, 26 de octubre de 2011

Leopardos irrumpen en el templo... (K.). Asistimos a la ceremonia, pero el camino de Lot está lejos. (P.Z)

Y el Escritor dijo: "Les dieron a elegir entre ser reyes o correos de los reyes. Como niños, todos eligieron ser correos. Y así, ahora hay muchos correos y, como no quedan reyes, se gritan a ellos mismos sus anticuados mensajes". Dime, pequeña, ¿es muy largo tu camino hasta que llegues al Faro del Fin del Mundo?

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sábado, 22 de octubre de 2011

"Enfer ou Ciel, qu´importe? Au fond de l´Inconnue pour trouver du Nouveau?" (Baudelaire). O cuando en el viaje hay muchas estaciones para el viajero.

Hay tardes en las ciudades y en los cuerpos, donde la geografía se confunde con los mapas de Stevenson, o quizá con la imagen de Drake viendo ante sus ojos las riquezas, que nunca conquistaría, de Portobelo. Así, recordaré el brillo de Praga en sus tardes oscuras o la piedra de Jerusalén, cuando arde en fuego eternos. Y la habitación de Lisboa, allí donde nunca llegaron mis princesas ni el oro del corazón encontró su reino.

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martes, 18 de octubre de 2011

"¡No me hacía mejor si no me hacía morir!", decía el poeta en un postrero mensaje romántico dirigido a sí mismo. (P.Z)

Dime traficante Rimbaud, si viste , a la aurora, armado de una paciencia ardorosa, entrar a los poetas en las espléndidas ciudades. ¿Tu has escrito: "He visto allí abajo el infierno de las mujeres, y me será permitido poseer la verdad en un alma y en un cuerpo"? Luego, en estos tiempo de ahora, cuando ya sólo esperamos la muerte, lo bien que nos lo pasamos con los juegos de niños autistas...

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domingo, 16 de octubre de 2011

"Todo es imaginable", escribe el marqués de Sade en "Las 120 jornadas de Sodoma".

El deseo se curva sobre el dolor, mientras el exceso de energía nunca tiene límites previsibles. Porque así, el camino de Swann y el camino de Guermantes no son, y lo sabremos al final, sino uno solo, donde ella nos toma de la mano y nos arrastra a las minas del rey Salomón. En Lisboa, los poetas se suicidan con vino verde en hospitales públicos.

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viernes, 14 de octubre de 2011

El deseo es un animal redondo que sigue las leyes de Newton, el problema es encontrar el árbol.

En el camino de Swann las plantas pueden ser carnívoras, o quizá es la imagen que imaginamos, lo que quisiéramos encontrar para comprobar la dureza de sus dientes. También para traicionar la sospecha de que la piel es una única flor, que el tiempo clava en nuestras murallas para alertar a las tribus sublevadas en los confines del imperio. ¡No cabalgues sobre el muro, Alice, que te excitas!

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domingo, 2 de octubre de 2011

"Debía usted llevar siempre el pelo un poco caído. Le dije yo" (Proust) O la noche es el disfraz del disfraz. (P.Z)

Por qué no reconocer que sólo vemos fragmentos, pequeñas zonas, como arqueólogos que intentan reconstruir una civilización a partir de unos trazos hallados en un muro. Y así, mientras recorremos con la mano nuestro terreno a explorar, quizá vemos su futuro, en las cuidadas vitrinas de un museo en las afueras de Alejandría, allí donde yo te he soñado.

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sábado, 1 de octubre de 2011

El recuerdo tiene una sombra de oro azul, y la casa de Durero fue reconstruida en Núremberg. (P.Z)

En el borde de la autovía vemos los mejores ponientes. El coñac, la pipa y la alambrada que nos separa de la arena brillante de la playa. Pero aquí elegimos la fuerza de la intensidad y la presión del tiempo, como se crean los minerales, para escribir aquello que yace escondido en las cuevas del Mar Muerto, hasta que la piedra de un niño soñador lance los dados del azar y la necesidad.

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