sábado, 26 de febrero de 2011

El deseo es una trilogía que hace navegar el Titánic hacia las murallas de Troya

Cuentan que él soñaba en un incendio: no era su cuerpo, sino la ciudad creada por dioses. Así, profetas que acertamos en el error, así nuestro deseo. Hemos elegido la realidad para no navegar por el sueño de los vuelos que no han sido, y entonces veremos cada noche cómo el carro de Aquiles arrastra nustro ideal por las playas sin huella. Pero, atención, también Aquiles está condenado. Gloria pálida de incendios nocturnos.

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jueves, 24 de febrero de 2011

El tiempo y la distancia son dos valores de una ecuación que ha leído a Pavese

Cantó el poeta sobre la llegada de la muerte y que tendría tus ojos. Y así escribimos sobre Montaigne cuando ella gime, grita y vienen los tigres y convierten en ritual su entrada en el templo. Luego, contemplamos las luces en la costa y me hablas de cuando las edades eran tempranas y los horizontes de la guerra de los cuerpos no conocían aún las banderas del olvido y la derrota. Deja que los cuerpos y las almas asciendan la Escala de Jacob.

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sábado, 19 de febrero de 2011

La luz del Génesis o cómo hablamos de la inmensidad de la noche en las habitaciones del poeta suicida

No hay más historia que la del alma, dijo el Poeta, y ahora queremos recordar el brillo de la mañana cuando llegamos a las ciudades desconocidas. Así, aquella imagen de las torres de Praga, de tu cuerpo atado en una palmera, de la canción de Alfama deletreada en tus labios, de tu mirada en una plaza de tierra en Madrid, de la mesa eterna del Lago…Subimos la escala de Jacob, mientras los diablos del tiempo y del olvido nos arrastran hacia la muerte, que vendrá y no tendrá tus ojos.

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viernes, 18 de febrero de 2011

La glicina de los días oscuros o lo que sucede tras la noche de Ferrara

Era el rincón perfecto, la esquina donde Simon&Garfunkel abandonarían su Scarborough Fair entre los rubíes de la chimenea. Allí donde Micòl nunca estuvo, pero fue soñada en las tardes y en las noches. Ahora que vosotras ya no estáis, enciendo mi pipa y os digo, con las palabras del Poeta, que habéis sido como un Dios antiguo que atravesara las páginas de su Libro Sagrado. Sois las amazonas de mi Troya condenada. Y así, resucitáis cada primavera en las flores dulces de la glicina para ver mi cuerpo crucificado en el volcán de los recuerdos. Desde las ruinas de Tenochtitlan, me saludáis eternamente.

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sábado, 12 de febrero de 2011

Yo soy sobre el abismo el puente que atraviesa

Puente de maderas, puente de palabras, que Iskander, ¿o es Kipling?, nos hace cruzar para enseñarnos que sólo en nuestra aceptación está el camino. Quizá desearíamos detener el vuelo del ángel, como suplicaba el Filósofo, pero sabemos que es imposible. Cada derrota nos aproxima más a nuestro destino, a lo más temido, al pasto de las ilusiones de los guerreros. Pero, así, comprendemos que en la realidad Ulises nunca volvió a Itaca. La necesidad de su pérdida para que existiera siempre en el corazón.


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domingo, 6 de febrero de 2011

Y dije a Albertine que recordara los zafiros en el barro de la memoria

Hay días en que la verdad fluye como un río de pepitas de oro en medio de la alta noche, cuando, como cantó el Poeta, resuenan pisadas en nuestra memoria, por el sendero que no recorrimos, hacia la puerta que no abrimos nunca, en el jardín de las rosas únicas. Pero entonces, justo entonces, disolvemos el presente en las manos escondidas, y así, mientras el cuadro del tiempo del mundo nos despide de la Ciudad que perdemos, los recuerdos nos empujan hacia el futuro y ascendemos por la escala de las lágrimas de los ángeles hasta la única tierra que poseeremos.

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