domingo, 29 de mayo de 2011

Otra versión del Jardín de las Delicias, o cuando los ejércitos de la noche cruzan los puentes del fuego

El mensajero de la Luz vestirá de Noche, y te hablará de la iluminación y la revelación, más allá de los ejércitos indestructibles del conocimiento y de la muerte. Caerán los caballeros por la escala de Jacob,
y las palabras de Al-Suhrawardi nos hablarán de la victorialidad de los arcángeles últimos, aquéllos que nos señalan, con sus lágrimas, el progreso final e inevitable de la historia y del olvido.

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viernes, 27 de mayo de 2011

La Inquisición sólo pregunta, en los días de lluvia, por el vuelo de los pájaros que no han sido (Mallarmé)

Las trilogías nunca empiezan por Justine, sino que extienden su poder por las calles nocturnas, las pequeñas cenas y los insomnios del deseo. Recordaremos, pues, los viajes antiguos a las ciudades de levante, cuando la aurora era un adorno en los árboles de naranjos, y la prueba de los dioses no nos hablaba al oído con el nombre que pudo abrir la puerta de las Mil y Una Noches.

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martes, 24 de mayo de 2011

La mirada es una imagen que aproximamos hasta la prisión donde Sócrates tomaba la cicuta inmortal


Bibelots en el espejo que nos visitan, huellas de ciudades y pasados que apenas marcan la arena de la playa, que aparentan ante los ojos ajenos dejarse llevar por la marea, quizá incluso formar parte del agua invasora, ser un techo de aves marinas; pero no, tras el cristal son cuerpos que posee la cámara, que arranca del tiempo para crucificarlos en el recuerdo sin banderas de los días idos.

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domingo, 22 de mayo de 2011

Cuerdas de lino en el Jardín de las Delicias o cómo se puede tener razón cuando los caballos llegan al mar

Elegimos un decorado, pero también una máscara. En la habitación de las Alicias hay un solo espejo. La puerta está entreabierta, bastaría un salto diminuto para atravesarla, pero seguramente nos demoraremos hasta que, como decía el Poeta, nos invada el sueño y nos estrangulen en camas de plata las airadas sirenas, las que soñaron tener alas cargadas de plomo y cera.

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sábado, 21 de mayo de 2011

Llorando en la puerta de mi cabaña, en la noche de Occidente (Ginsberg)

Hemos elegido imaginar y atrevernos a vivir nuestros sueños. Hemos escuchado el grito de nuestros generales, un poco antes de la carga final, oh, diez mil jinetes en la llanura, el campamento abandonado de Pompeyo en Farsalia, con cráteras de plata y hierba recién cortada. Hemos dicho que ella elija la daga de lo terrible para ofrecer nuestro corazón a los dioses del olvido.

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domingo, 15 de mayo de 2011

"La vida que aquí perdiste/ la has destruido en toda la tierra". Kavafis

Tantas palabras compartidas, tantas caricias que intentan convertir la piel en lámpara maravillosa. Oh, cuando tenemos valor para creer en la fuerza de la voluntad que toma los cuerpos y las almas, y las hace arder en el sólido infierno de nuestro corazón. Pero, así, también, precisarás tu último y precioso imperio en la habitación sin luz y sin sonidos.

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viernes, 13 de mayo de 2011

¿Qué peso tiene la cera en esas alas del deseo que no nos permitirán escapar de la jaula del Laberinto?


Allí, frente al espejo, los cuerpos desnudos se vigilan, permanecen inalcanzables y no conocen el camino, porque el azogue ha envenenado el temblor de la piel o aquellas playas que duermen, quietas, fuera del alcance de las manos y de la mirada. Cuando tú pasas la goma de borrar por los recuerdos que te has inventado.
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domingo, 8 de mayo de 2011

Los que vemos en los jardines de Ferrara antes de la llegada de los bárbaros

Siempre hay un porche en nuestra vida desde donde vemos lo que significan las Itacas. Porches que no siempre sabemos reconocer como tales: lugares a resguardo de la lluvia, pero también, como en las proas de los barcos hundidos, donde escuchar a los cocodrilos de Peter Pan o a los animales acuáticos del viaje de Alice. Al final, acabaremos sintiendo que toda nuestra vida fue un porche, y desde allí, reconocer que los utensilios del jardin sólo podían esperar a los bárbaros, una vez más. Mientras citabas al poeta de Alejandría, y Ofelia se iba sumergiendo en su río eterno.

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miércoles, 4 de mayo de 2011

Ante el Paraíso posan los cuerpos y las almas: allí surgen las imágenes de lo que sólo el deseo posee para la nada

Elegimos el decorado para mostrar la piel de las Alicias, y ellas, soñadoras, sostienen el paraíso de sus sueños con sus manos abiertas y deseosas, como alas de Dédalo, donde la cera y el dolor son las escalas de Jacob que no les precipitan al mar color de vino, sino que, al fin, les salvan para siempre del Minotauro de su corazón. Esa es la fábula que se cuentan.

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