Bibelots en el espejo que nos visitan, huellas de ciudades y pasados que apenas marcan la arena de la playa, que aparentan ante los ojos ajenos dejarse llevar por la marea, quizá incluso formar parte del agua invasora, ser un techo de aves marinas; pero no, tras el cristal son cuerpos que posee la cámara, que arranca del tiempo para crucificarlos en el recuerdo sin banderas de los días idos.
C2
1 comentario:
que ganas de estar allí.....
besitos
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