domingo, 29 de enero de 2012

Deslizamientos progresivos del placer o cuatro cosas que sé de ellas




Alice no quería tener cumpleaños. Su razón era buena: habían muchos más días de no cumpleaños, y por tanto más posibilidades de regalos. Y así ellas me dan noticias fragmentarias de su imperio, construido con gestos y territorios, donde el sol tampoco se pone jamás.

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viernes, 27 de enero de 2012

Una elipse donde no hay carreras que ganar e incluso los espectadores forman parte de la derrota final

Juguetes de niños grandes, que abren los regalos con ilusión, pero que luego ya no saben qué hacer con los juegos repetidos, y entonces cogen las cintas abandonadas que adornaban la cajita y se atan con ellas, pero eso sí, cantando las canciones obscenas de Ofelia, dixit Shakespeare.

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jueves, 26 de enero de 2012

En el camino de las losas amarillas, ella sigue el camino de la luz pero abandona las zapatillas de rubí

Rapidez en los pasos, mientras la cera se acumula en el sueño de las manos. Así, en la noche me hablas tú de las auroras de Baroja, mientras en la última taberna los piratas saludan a Stevenson, y el alcohol hace temblar las manos de Pessoa, que nos habla de la eterna Ofelia.

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lunes, 23 de enero de 2012

En su novela "El azul del cielo", Bataille nos habla de la búsqueda de la iluminación a través del otro lado del espejo

Las rodillas, unidas, ¿existe el camino para llegar donde la ropa no puede ocultar? Quizá lo eterno, una vez más, abre el camino como las avanzadillas de las tropas de Moisés. A lo lejos, el Faraón cree abierto el mar, pero desconoce que la muerte y el olvido yacen así, escondidos, en el fondo oscuro y húmedo de la nada.

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domingo, 22 de enero de 2012

El flujo vaginal admite la paradoja del río de Heráclito, y quizá así lo vio el inconsciente del filósofo griego

El deseo marca los cuerpos, señala la piel, en un acto que nos parece maravilloso, como así nos sucede con todo lo fugaz que queremos entender eterno. Queremos salvar a un pez y lo arrojamos en un sitio escondido del río. Con la conciencia lavada, nos frotamos las manos en unas aguas (Moisés, Pilatos, Gilgamesh, Mitra?) que nunca volverán iguales.

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sábado, 21 de enero de 2012

El peso de los sueños, el tamaño de las palabras, la iluminación del papel cuando llega la tarde

Mi pasillo es un túnel de libros. Al final, en una habitación hay un gran espejo. La luz se pierde entre los miles de volúmenes, y allí, como tú, encuentra su laberinto. Pero en el recuerdo, los libros no están ahí, tú no estás ahí, y sólo el silencio y la oscuridad buscan el espejo imposible.

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jueves, 19 de enero de 2012

La piel arde como las brasas en la noche de las afueras de Madrid

El dolor es una cuerda vibrante sobre el abismo. La cámara lo ve, sabe de su existencia en sus laberintos electrónicos. Y ahí, la mano permanece como la huella de Moisés: entre lo que existirá siempre y lo ya perdido en el momento en que se hace. Así son los días, banderas al viento que no llegaron a Lisboa. Gemidos en el suelo, chispas en el fuego de la piel.

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viernes, 13 de enero de 2012

Señalamos el camino de pavés, que no es escudo de guerrero, sino allí donde vemos lo que queda de las flores soñadas en el otoño

En las grietas de lo eterno están tus labios. Todos los besos que he conocido, y que ahora, cuando llega el invierno, son gotas de lluvia en el recuerdo. Y cuando ella me cita a Tannhäuser, por última vez paso lentamente mi dedo por su cara. Lo dijo el narrador: Di adiós al mañana.

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miércoles, 11 de enero de 2012

El hueco de la luz, o como dijo Esenin, "un hombre negro se sienta en mi cama"

Allí, en la habitación del hotel Angleterre de Leningrado, los días cruzaban el horizonte de la vida, como pájaros revoltosos en una ciudad de Levante, antes de que venga el mediodía y todas las luces del mundo no sean sino una palabra en tus labios.

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lunes, 9 de enero de 2012

Esa pareja que se habla por encima de la valla del jardín de Alice y cuyos nombres son la imaginación y el deseo.

A través de la cam la imaginación reina. Allí, en la imagen electrónica que con aguja de oro se escribe en nuestros ojos (como se dice en las Mil y Una Noches) iniciamos un relato de la realidad. La novela donde dibujamos el deseo y la imaginación en la piel de ella con el ejército de las letras y los sueños.

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sábado, 7 de enero de 2012

Cuando llega un nuevo año nos inventamos un reloj y hay que empujar de nuevo a Alice contra el espejo

El velo que separaba el Tabernáculo, quizá también en Delfos? Algo que nos impida ver, que deje a la imaginación escribir el mapa del tesoro, aunque el loro lleve un doblón de oro en el pico. Pero volvemos, de nuevo, a las viejas historias, a escuchar a los mensajeros de un emperador muerto con las mejores noticias de lo que no existirá.

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martes, 3 de enero de 2012

Pequeños zoos de cristal donde la velocidad deja sin piel el harén de las muñecas perdidas

La belleza no está en lo real, sino en lo imaginado, en la voluntad de ver los caballitos que vuelan entre espejos y princesas. Y, atención, el deseo realizado cambia las formas de la piel, descubre lo que existía bajo el hielo, los lugares del rito que ahora se incorporan a lo externo: y a eso lo llamamos ansiedad.

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