Hay un momento en que nos encontramos ante el abismo. Pero, atención, luego vemos un puente de tablas que une las dos orillas, y poco a poco vamos avanzando por él. Y sabemos que los jardines nocturnos, las piscinas del deseo, los bosques y sus rituales, son el sendero que el destino nos ofrece para alcanzar los reinos de Argantonio y sus barcos, con sus cargas de plata como piel en la noche, rumbo hacia la Roma consular. C2
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