Nunca he pensado que las cosas tuvieran más sentido que aquel azar y necesidad de Monod. Pero quizá las lecturas de Borges y Eliot a veces me hacen reparar en aquellos sitios y escenarios donde una vez estamos y, pasa el tiempo, y volvemos y sentimos que alguna clave oscura nos enseña la coincidencia. Aquí, por ejemplo, este hotel jerezano donde imaginé estar, y esa valla donde compramos hace un año una pala de madera, ahora adquieren significado.
C2
No hay comentarios:
Publicar un comentario