sábado, 2 de diciembre de 2017

"¿Por qué habría yo de lamentar/ el desvanecido poder del reino acostumbrado?" (Eliot)

Hay un momento en que nos entra cierta incertidumbre, y sentimos una mezcla confusa de lucidez, alegría y tristeza. Nos vemos caminando sobre un puente de tablas oscilando sobre el abismo. Y nos preguntamos si nos encontramos más cerca de la orilla de la que salimos o acaso de la orilla a la que, inevitablemente, llegaremos. Y ahí tenemos alegría por el camino realizado, más claridad de ideas que nunca, pero también tristeza por todo aquello que ya no volveremos a ver o por las ciudades, personas y lugares que ya nos muestran su imposibilidad eterna. Nuestras manos se cogen con fuerza a las maromas del puente. Pero es ese momento de nuestra detención el que nos hace sentir, más que nunca, el aire del valle de la muerte en nuestra cara.

C2

No hay comentarios: