miércoles, 20 de julio de 2011

"Ce toit tranquille, où marchent des colombes..." (Valéry). Recuerdo, en el libro de las clases, su sombrero de diplomático. (P.Z)

En las ciudades de Levante el aire tiene sal. Y con la maleta recorremos entre árboles, con hojas tejidas con la espuma de los días. Luego, en "Caelum" beberemos el vino pimentado y caliente. Llevamos, eso sí, abundante cera para los oídos de los marineros, y guantes para acariciar las escamas últimas de las sirenas. Arriba, en el cielo, agonizan los mensajeros de los dioses.

C2

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