sábado, 3 de septiembre de 2011

Yo te dije que eras mi sueño, no mi realidad. No quiero introducir mi mano en los charcos de la infancia cruel.

Pequeños hormigueros que destruimos y luego, tristes, intentamos vanamente reconstruir con cristales verdes de botellas rotas. Y así, en la mañana de los días, te entrego al olvido. Tu tren de cercanías nada que tiene que ver con mi mirada, desde el andén de la diminuta estación, junto a las hortensias, y esa bombilla que sólo puede, escasamente, iluminar sombras. Dame noticias cuando te dejen en la línea muerta o cuando llegues a la gran estación donde te subastarán las ilusiones. Y recuerda, te lo digo con cariño, suicidarte en el puerto de Lisboa.

C2

5 comentarios:

magnolia dijo...

Espero que lo se suicide sea el sueño.
Un cordial saludo Señor.

Rocío dijo...

"Yo te dije que eras mi sueño, no mi realidad".

wooooooow!

Si llego a escuchar eso, no sé que me da... :/

Buen finde!

CONSUL2 dijo...

magnolia: En muchos de mis textos hago una referencia a un suicidio en Lisboa, es una metáfora sobre un posible personaje de Pessoa. Normalmente, suelo hacer referencias ocultas.

Sweet: A muchos amores se les podría decir esa frase. Por eso suelen acabar como acaban.

C2

demonella dijo...

Muy hermoso Cónsul, en el fondo no se puede desear nada mejor a un amor verdadero que se suicide en Lisboa. Tomo nota.

CONSUL2 dijo...

demonella: la intensidad absoluta y cruel es el mejor destino, la piedra de toque alquímica diría yo, para un amor intenso, cruel y absoluto.

C2