viernes, 21 de enero de 2011

El pasado tiene la misma piel de los dioses que resucitaron de sus cenizas

A veces hay un precio no escaso por la resurreción. Friedich von Hausen, hacia 1150, lo exponía así: "Mi corazón y mi cuerpo tienen que separarse". Cenizas que arden, incandescencia que no podremos sujetar con nuestras manos atadas a los tobillos. Porque en el camino de la iniciación hemos dejado nuestro corazón abandonado en las estepas, alimento de gatopardos. Pero una y otra vez insistimos en nuestro ensayado suicidio ante los espejos, y, de repente, la sonrisa de Cheshire nos muestra el camino. Allí donde los dioses resucitan envueltos en sus sudarios de púrpura. En la última piel del Kilimanjaro.

C2

4 comentarios:

Unknown dijo...

querido Amo, he dejado un regalito para Ud en mi blog de esencia.



besos de Su kajira

JEFA_Mad dijo...

En nuestro blog tenemos un detallito para premiar a este blog, como totalmente recomendable.
http://dom-sumision.blogspot.com/
Saludos.

Larme dijo...

Tienes un presente en mi blog. Me gusta tu blog y ¿qué mejor forma de demostrarlo que premiándolo?

Un beso

http://www.coupdefouet.blogspot.com/

CONSUL2 dijo...

Gracias por todos esos regalos. Gracias por la memoria del recuerdo.

C2