lunes, 30 de julio de 2012

A veces las páginas del libro se abren hacia atrás, y la tormenta del ángel de Wenjamin nos asoma por encima del espejo y sus galernas

Los faros marcan el cielo: no son ya para los barcos, sino para que sepamos que alguna vez existieron iluminando la noche y los arrecifes. Ahora, perdidos en la nada, se asoman al abismo. Mientras, nosotros, recordamos el pasado, el imposible pasado.

C2

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