Las princesas son aquí muñecas en ropa interior decimonónica colgadas del techo. La mirada ve cómo se coloca un terrón de azúcar sobre la pequeña y metálica paleta agujereada que lo mantiene sobre la copa. Primero gotea la absenta, luego se enciende el licor, finalmente se termina de llenar la copa con agua rociada sobre los restos del terrón de azúcar. Así, en el barrio de los marineros. Donde uno imagina vivir en un ático, y asomarse y escuchar el cañón matinal del vecino almirante (sic Dylan Thomas). Absenta como un bosque lácteo preparado eternamente para la muñeca del cielo. Bares del puerto (¿"Quai de brumes"?) donde escuchar "En la taberna del mar", de Kavafis/ Lluís Llach. Infinitamente hermosa, "Amsterdam", de Brel.
Allí, en las tabernas de todos puertos del mundo, tú no serás nunca sino el descendiente de los marineros que bajaron a las profundidades de la mar. Que quemaron sus sentimientos con el fuego de la absenta.
C2
2 comentarios:
no será el Puerto de Santa Maria? tengo un refugio allí full time
No, es un poco más arribita...
C2
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